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Salvo sorpresas, el 11 de noviembre de 2026 circular por la AP-68 será gratis, al menos desde Haro a Zaragoza, porque la intención de ... las diputaciones forales de Vizcaya y Álava, que tienen transferidas las competencias de carreteras, es aplicar una tarifa por el uso de esta vía de alta capacidad incluso después de que haya caducado la concesión.
Con independencia de la decisión vasca, lo cierto es que queda poco menos de año y medio para que la única vía de peaje que cruza el territorio pase a ser autovía después de 45 años en manos de Avasa, propiedad de Abertis. El 10 de noviembre de 1980 se inauguraba el último tramo de esta carretera. Una placa en los riscos de Bilibio conmemoraba un hito histórico que supuso un espaldarazo al tejido industrial de la comunidad. En un primer momento la adjudicación de la explotación concluiría en 1995, pero mucho antes de que finalizara se prorrogó hasta 2011. En 1999, coincidiendo con las obras del Nudo de la Estrella, la contestación social empezó a hacerse notoria reclamando la liberación de al menos el tramo entre Agoncillo y Navarrete. De poco sirvieron las protestas porque un año después, el Gobierno central, con José María Aznar al frente, aprobó quince años más de concesión.
Aquello supuso un jarro de agua fría para los riojanos aunque para entonces, el Ejecutivo riojano ya había alcanzado con Avasa un primer acuerdo de gratuidad Agoncillo-Logroño con el objetivo de evitar el paso por la capital mientras se ejecutasen las obras de la LO-20. El Gobierno regional sufragaba el tránsito de los vehículos pesados por este tramo de autopista por el que estaban obligados a circular.
A ese primer acuerdo le han sucedido unos cuantos y desde entonces hasta diciembre de 2024 todas esas medidas le han costado al Gobierno riojano 76.850.660 euros, de los que 5,6 se corresponden con las bonificaciones por el desvío obligatorio de los camiones por la AP-68 que se aplica desde el 2 de diciembre de 2017 desde Zambrana (Álava) hasta Tudela (Navarra). Esta última medida, que pretendía atajar la elevada siniestralidad en la N-232, llegó hasta el Tribunal Supremo, que la anuló en un primer momento por un defecto de forma y avaló en 2019 después de que fuera corregida la falta de cobertura legal que justificó su revocación inicial.
De continuar la progresión alcista, la factura autonómica rozará los 90 millones de euros una vez que caduque la concesión. Desde el primer año íntegro en el que se puso en marcha una de las rebajas para el usuario, el coste para las arcas regionales se ha multiplicado por 58. Era el año 2000 y la Comunidad abonó 93.418 euros, en 2024, el desembolsó superó los 5,4 millones de euros.
En todos estos años se han sucedido varias iniciativas. La primera de ellas, la de 1999, pese a que se empezó a tomar por las obras de la circunvalación (LO-20) se mantuvo una vez acabados los trabajos. El acuerdo se prorrogó en 2002 hasta 2005 y en 2003 se amplió a los vehículos ligeros en el tramo desde Agoncillo a Logroño. Tres años más tarde, la gratuidad se condicionó a la instalación en los vehículos de los dispositivos VIA-T y se dio un paso más allá ampliando la exoneración entre Agoncillo y Navarrete. Uno de los fines que se perseguía entonces era facilitar los tránsitos entre los polígonos industriales de ambos municipios, El Sequero y Lentiscares.
Poco después comenzó a sufragarse el retorno gratuito para vehículos ligeros en los viajes de ida y vuelta entre Haro y Alfaro. En paralelo se mantenía la gratuidad Agoncillo-Navarrete, que el Ministerio de Fomento amplió hasta Cenicero en los mismos términos económicos negociados por el Gobierno de La Rioja con Avasa.
Entre tanto, el Ejecutivo central anunciaba su compromiso de rescatar el tramo de la autopista en el entorno de Logroño. Una promesa incumplida que enjuagó confinanciando los trayectos de ida y vuelta en 24 horas dentro del territorio riojano. Cuatro años después, en 2014, llegaría una nueva ampliación –un nuevo descuento del 50% en todas las tarifas y para todos los vehículos–. Y así hasta hoy, cuando estas iniciativas conviven con la bonificación en el precio del peaje para los camiones que fueron expulsados de la N-232 y obligados a circular por la autopista.
El incremento del dinero desembolsado cada año para sufragar las bonificaciones – en 2024 se superó por primera vez la barrera de los seis millones de euro– ha ido en consonancia con el aumento de tráfico en la autopista.
La intensidad media diaria de todo tipo de vehículos, tanto ligeros como pesados, apenas superaba los 9.300 tránsitos en 2016. La presencia de los camiones era simbólica. Por entonces no había entrado en vigor la prohibición de circular por la N-232 y sólo unos 860 trailers marchaban por la vía de peaje. En 2023, el último año del que ofrece datos el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, la intensidad media diaria alcanzó los 12.331, un incremento del 31% que se explica sobre todo por el repunte de camiones obligados a circular por la AP-68. La cifra se había multiplicado por cuatro (3.373).
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