Díaz aviva el 'antibipartidismo' para no quedar engullida

Solo la historia dirá si este es o no el camino correcto para la amalgama de organizaciones que forman la autodenominada izquierda alternativa, y en la que este impacto se ha recibido con distintas sensibilidades. Al frente de la respuesta, con rostro serio y apelando directamente al PSOE, la vicepresidenta segunda recuperó el jueves por la noche su lenguaje más duro para pedir «un giro de 180 grados» a la legislatura y advertir que los suyos no van a permitir «una vuelta al bipartidismo por mucho que se empeñen». También exigió al socio mayoritario de la coalición una reunión «inmediata» de la comisión del seguimiento del pacto de Gobierno, el órgano del que se dotaron ambas formaciones para afrontar las crisis internas.

La última vez que Díaz solicitó al PSOE convocar esta cumbre la discrepancia pasaba por el aumento del gasto militar. Era julio de 2022 y Ferraz acabó haciendo sordos a la petición, sentando un precedente en las relaciones en el Consejo de Ministros que tanto Podemos como el PP usaron para atacar a Sumar y, especialmente, a la líder gallega. «Señora Díaz, a Pablo Iglesias esto no se lo habrían colado», la acorraló Feijóo, comparando así el liderazgo de la actual vicepresidenta segunda con el que tuvo Pablo Iglesias, que ocupó dicho cargo entre 2020 y 2021. Desde entonces, en cada sesión de control al Gobierno, los populares han puesto a la dirigente de Sumar en su diana como responsable de «tapar la corrupción de Sánchez».

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Con la lealtad como postura ya insostenible, Díaz ha avivado la denuncia del turnismo político que populares y socialistas mantuvieron desde los años 80 hasta la llegada, a partir de 2014, de las formaciones bautizadas como «de nueva política». Este argumento no es original de Sumar, bebe de las protestas del 15-M en 2011 y el origen de Podemos. De hecho, su líder, Ione Belarra, lleva agitándolo desde que su partido saltó al Grupo Mixto en diciembre de 2023 para atacar al Ejecutivo. Pero que la líder gallega recurra a él evidencia un cambio en la relación que mantienen los dos socios de coalición.

Mientras los morados reconocen en privado que su «oposición frontal» al Ejecutivo «está funcionando», el silencio ha dejado de ser una opción para Sumar cuando la legislatura entra en su momento más crítico –la jornada laboral y sus propuestas sociales no cuentan con apoyo parlamentario suficiente– y las alianzas en el espacio político de la izquierda de cara a la unidad aún están en fase embrionaria. Díaz, que durante las primeras revelaciones del 'caso Koldo' pidió «respeto» para los socialistas, estalló tras el informe de la UCO sobre Cerdán.

Un punto más duro con el Gobierno desde su llegada a la secretaría federal de Izquierda Unida hace un año, Antonio Maíllo, también considera «insuficiente» la dimisión de Cerdán, la auditoría interna al PSOEy el perdón del presidente.«El reto del Gobierno, del que depende su supervivencia, es establecer medidas draconianas para controlar el dinero público», zanja el dirigente andaluz, que no descarta «ningún escenario», especialmente por lo que pueda pasar a final de junio tras la reunión de la OTAN en La Haya, donde Sánchez podría comprometerse a elevar más el porcentaje del PIB en Defensa, como le exigeDonald Trump. Eso haría «insoportable» la convivencia en la coalición.